Mi Padre me ama tanto

Colosenses 1:18
Y Él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, Él que es el principio, el primogénito den entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia.
1 Juan 4:19
Nosotros le amamos a Él, porque Él nos amó primero.

Mucho se habla de la maternidad y aún el día de la madre es más celebrado que el día del padre, pero no es ese el tema de este escrito, sino el misterio detrás de la paternidad. La paternidad bien mostrada deja una huella imborrable en la vida de los hijos, así como la falta de la misma deja una también, pero con diferentes secuelas.

Mientras más estudio la Palabra de Dios, más me doy cuenta de que Él lo que quiere es que lo vea como Padre.
Esto quiere decir que Él se merece mi amor, mi obediencia, mi respeto, mi honra, mi tiempo, mi esfuerzo y mi retribución de TODO lo que Él ha hecho por mí, claro entre muchas cosas más.

Hace poco mi papá me llamó por teléfono y aunque siempre me trata igual, hasta hace poco me di cuenta de como me dice cuando hablamos por teléfono: El me dice: "bebé".

Tengo 33 años y hasta hoy esa palabra causó algo dentro de mi. Porque hoy soy papá también y mis hijo menor es casi aún un bebé.

No se puede dejar de ser HIJO.
¿Por qué no disfrutamos, aún ya grandes, de los cuidados de nuestro papá?
El puede darnos cuidado, protección, seguridad, tranquilidad, el temor se desvanece como nada en los brazos de papá. Aún el dolor más grande encuentra sanidad al estar en los brazos de Aquel que es fuerte suficiente para "chinearnos" y decirnos: Todo estará bien, ya pasó, aquí estoy!

Hoy comprendo que Dios ha usado conmigo palabras de ternura que me ha costado escuchar, pero cuando un día, como hoy, causan algo dentro de nosotros, no hay vuelta atrás:
UNO NUNCA DEJA DE SER HIJO.

La Palabra de Dios dice que nosotros le amamos, porque Él nos amó primero. Él es el principio y el fin.

Gracias Señor por ser el Padre Eterno, gracias papá, por seguirme diciendo bebé gracias Pastorón por llamarme hijo también.

Gega
28 Oct 2009