En el libro de Josué encontramos un relato muy interesante:
Josué 1:6
Esfuérzate y sé valiente; porque tu repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos.
Que gran responsabilidad la de Josué. Más de cuatrocientos cuarenta años después de que Israel llegó a Egipto con sus hijos, setenta en total, Josué es llamado para repartir la tierra. Dios le solicita que se esfuerce y que sea valiente, porque Él lo usará a el para cumplir una promesa que hizo hace mucho tiempo.
¿Qué tal que los padres de Josúe, Nun y su esposa, no le hubieran enseñado bien acerca de la torá?
¿Qué tal que Nun hubiera dicho, "no es para tanto esto de la ley, si josué está jóven, que disfrute"?
¿Qué tal que a Josué no le hubieran enseñado a darle importancia a las promesas de Dios?
¿Qué hubiera hecho Josué a la hora que Dios mismo, con voz audible, con el estruendo de muchas aguas, le ordena que cumpla la promesa que Él había hecho años atras y el ni siquiera supiera a que promesa se refería?
Ha llegado el momento de ser usado por Dios para que muchas de sus promesas se cumplan. Algunas de esas promesas nos fueron hechas a nosotros mismos y nosotros mismos veremos el cumplimiento de las mismas. Otras, se las hicieron a mis padres, mucho antes que yo fuese. ¿Estoy listo para verlas cumplidas en mi tiempo?
¿Verán mis hijos cumplidas las promesas que Dios me hizo a mi?
No desperdiciemos nuestro tiempo. Pongamos nuestros ojos en el autor y consumador de nuestra fe , Jesucristo, Señor nuestro.
Que el Señor te bendiga
gega
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