Juan 8-11
Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio.
Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.
Esta hermosa historia nos enseña que hay dos pasos que no pueden evitarse a la hora de sanar un corazón.
El primero paso: La Justificación.
Versículos del 7 al 9
Jesús nos da un cátedra de como se justifica el error ajeno. Note por favor que El no justifica la acción, justifica a la persona que ama. Note por favor, que no aprueba lo que la mujer ha hecho, si no que está decidido a cambiarle la vida para siempre.
Jesús justifica a la mujer delante de los hombres, enseñándole así el lugar que ella tiene para con Dios.
El segundo paso: El perdón
Versículos del 10 al 11
Jesús espera el momento apropiado. Existe una "necesaria soledad" con El, en la cual El dirá las palabras necesarias para que el corazón, una vez justificado por Dios delante de los hombres, se sienta perdonado por Dios y por los hombres.
El hace dos preguntas. No las responde, las responde la mujer. El hace una aseveración y da un mandamiento.
El corazón justificado y perdonado puede ahora inciar una nueva vida.
¿Estamos nosotros siguiendo el ejemplo de Jesús?
¿Estamos justificando y perdonando para cambiar vidas?
Que el Señor bendiga tu vida.
gega
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